Comprendiendo nuestras partes “Mal Pensadas”

Entender a nuestros seres queridos, nuestras relaciones y las interacciones con otras personas en el mundo es fundamental para mejorar la calidad de nuestras conexiones interpersonales. Una de las herramientas que nos permite lograr esto es el enfoque de Internal Family Systems (IFS), que nos ayuda a reconocer y abordar las partes internas de nosotros mismos que pueden estar afectando negativamente nuestras relaciones.

A través del IFS, somos capaces de comprender mejor nuestras emociones y pensamientos, identificar las intenciones positivas detrás de las acciones aparentemente negativas, y desarrollar estrategias más saludables para enfrentar nuestros miedos y necesidades. Al aprender a establecer un diálogo con nuestras partes internas y agradecerles por su función en nuestras vidas, podemos fortalecer nuestras relaciones y construir una mayor armonía con nosotros mismos y con los demás.

En este ejercicio, exploraremos cómo el enfoque de Internal Family Systems puede mejorar nuestra capacidad para comprender y conectarnos con los demás. Aprenderemos a abordar nuestras partes malpensadas y a encontrar soluciones más saludables y constructivas para satisfacer nuestras necesidades emocionales. Al aplicar estos principios en nuestras vidas diarias, podemos cultivar relaciones más profundas y significativas con nuestros seres queridos y con aquellos que nos rodean.

En el enfoque de Internal Family Systems (IFS), es importante reconocer que todas las partes tienen intenciones positivas en su origen, incluso si sus acciones o pensamientos pueden parecer negativos en la superficie. Cuando observamos partes que parecen ser «malpensadas», es útil explorar las intenciones subyacentes y comprender cómo esas partes intentan protegernos o satisfacer nuestras necesidades.

Para abordar directamente las partes malpensadas en el enfoque IFS, sigue estos pasos:

1. Observa tus pensamientos: Presta atención a los momentos en que surgen pensamientos negativos o maliciosos sobre los demás. Toma nota de las situaciones y las emociones asociadas a esos pensamientos.

2. Identifica la parte malpensada: Reconoce que estos pensamientos negativos son producto de una parte interna que está tratando de protegerte o satisfacer una necesidad. Acepta la existencia de esta parte sin juzgarla.

3. Establece un diálogo con la parte malpensada: Aborda a esta parte con curiosidad y empatía, invitándola a compartir sus intenciones y preocupaciones contigo. Haz preguntas para comprender mejor sus necesidades y temores, como:

  – ¿Cuál es tu propósito o función en mi vida?

  – ¿Qué estás tratando de proteger o lograr con estos pensamientos negativos?

  – ¿Hay alguna situación o experiencia pasada que te haya llevado a desarrollar esta forma de pensar?

4. Encuentra la intención positiva: Trata de identificar la intención positiva detrás de los pensamientos negativos de esta parte. Por ejemplo, podría estar tratando de protegerte del rechazo, mantener tu autoestima o evitar conflictos.

5. Negocia con la parte malpensada: Una vez que comprendas las intenciones y necesidades de esta parte, trabaja en conjunto para encontrar nuevas estrategias o enfoques que puedan satisfacer sus necesidades de manera más saludable y constructiva.

6. Agradece a la parte malpensada: Agradece a esta parte por su esfuerzo en protegerte y reconoce su función en tu vida. Anímala a seguir trabajando contigo en el proceso de crecimiento y sanación.

Abordar directamente las partes malpensadas en el enfoque IFS puede ayudarte a comprender mejor tus pensamientos y emociones, y a desarrollar una relación más armoniosa y equilibrada con tus partes internas.

El trabajo con las partes mal pensadas nos permite

• Practicar la empatía, tratando de ponernos en el lugar del otro y entender sus pensamientos y sentimientos.

• Fomentar una comunicación abierta y asertiva, lo que significa expresar nuestras opiniones y sentimientos de manera clara y respetuosa.

• Evitar suposiciones y preguntar directamente a las personas sobre sus intenciones o sentimientos si tenemos dudas.

• Estar dispuestos a escuchar y aprender de las experiencias y perspectivas de los demás.

Al abordar estas áreas, podemos mejorar nuestra comprensión de las intenciones y acciones de los demás, reduciendo la distancia y los malentendidos. Esto, a su vez, puede ayudarnos a construir relaciones más sólidas y armoniosas con quienes nos rodean.