Cuando hablamos de cuidarnos a nosotros mismos, solemos pensar en actividades externas como descansar, comer bien, o hacer ejercicio. Pero hay un nivel más profundo, menos visible y mucho más poderoso: acompañarte emocionalmente a ti mismo.
En el enfoque terapéutico Internal Family Systems (IFS), creado por Richard Schwartz, aprender a acompañarse es central. No se trata solo de calmar las emociones difíciles, sino de aprender a estar realmente presente con lo que sentimos.
¿Qué significa realmente acompañarte a ti mismo?
Acompañarte es reconocer que tienes partes internas con emociones intensas y necesidades profundas. Es la capacidad de estar presente con esas emociones sin juzgarlas ni rechazarlas.
No significa:
- Intentar cambiar o controlar inmediatamente lo que sientes.
- Minimizar el dolor o fingir que no está ahí.
- Juzgarte por sentir lo que sientes.
Sí significa:
- Reconocer con honestidad lo que sientes en este preciso instante.
- Ofrecer presencia compasiva a tus partes internas que están sufriendo, enojadas o confundidas.
- Entender que esas emociones tienen razones válidas para estar ahí, incluso si te resultan incómodas.
¿Cómo practicar acompañarte a ti mismo desde IFS?
Aquí te propongo un sencillo ejercicio basado en IFS para acompañarte en momentos de dificultad emocional:
1. Pausa consciente
- Detente un momento y respira profundamente.
- Observa lo que estás sintiendo en tu cuerpo ahora mismo. ¿Enojo, tristeza, ansiedad?
2. Reconocimiento amable
- Ponle palabras a tu emoción: “Una parte de mí está sintiendo enojo”, o “una parte de mí se siente sola y triste”.
- Este reconocimiento disminuye la identificación inmediata con la emoción y crea un poco de espacio interno.
3. Acompañamiento emocional
- Háblale a esa parte internamente como lo harías con alguien que quieres mucho: “Entiendo que te sientas así”, “Estoy contigo”, “No estás sola”.
- Permitite sentir cómo tu presencia interna abraza suavemente a esa parte.
4. Escucha atenta
- Pregúntale internamente a esa parte: “¿Qué necesitas de mí ahora?”
- Escucha con paciencia lo que surja. A veces, solo con escucharte profundamente, comienzas a sanar.
Por qué funciona esta práctica
Cuando te acompañas emocionalmente, comienzas a reparar la relación interna contigo mismo. Tus partes internas dejan de sentirse abandonadas o rechazadas. Esto no solo calma tu sistema emocional y nervioso, también fortalece tu capacidad de responder en lugar de reaccionar automáticamente ante conflictos externos.
Al practicar esto, mejoras tus vínculos porque te vuelves menos reactivo y más auténtico en tus relaciones. Tu presencia interna crece y te permite relacionarte desde el “Self”, ese espacio interno de calma, claridad, compasión y curiosidad.
El poder transformador del acompañamiento interno
Acompañarte a ti mismo no resuelve inmediatamente los conflictos externos, pero transforma profundamente cómo los experimentas y cómo actúas frente a ellos.
Al cultivar este acompañamiento:
- Aumenta tu autoconocimiento y autocompasión.
- Desarrollas resiliencia emocional.
- Recuperas tu poder personal y autonomía emocional.
Una invitación final
La próxima vez que te sientas sobrepasado o confundido, intenta practicar este ejercicio de acompañamiento interno. Hazlo sin expectativas, con la simple intención de estar contigo mismo como estarías con un amigo querido. Poco a poco descubrirás que acompañarte es la forma más profunda y auténtica de cuidar de ti mismo.
Este es un camino poderoso y profundamente sanador. Recuerda siempre: mereces tu propia compañía y compasión.
Muchas gracias, me parece un ejercicio muy sencillo y facil de realizar y que ayudará mucho.