Hay ideas que transforman la manera en que nos entendemos por dentro.
Para mí, una de las más potentes del modelo IFS es esta: en el centro de cada persona existe un núcleo de claridad, calma y conexión que nunca se daña.
A eso lo llamamos Self.
Este artículo busca ofrecer una explicación amable, precisa y útil para cualquier persona —profesionales de la ayuda o público general— que quiera comprender:
- qué es realmente el Self,
- cómo reconocerlo internamente,
- qué no es,
- y por qué su presencia cambia por completo la forma en que vivimos y acompañamos a otros.
1. ¿Qué es el Self?
En IFS, el Self es la presencia consciente que aparece cuando no estamos tomados por una emoción o una reacción automática.
Es la parte de nosotros que:
- observa sin enjuiciar,
- puede estar con lo que ocurre,
- siente curiosidad,
- tiene claridad,
- y genera una sensación de espacio interno.
No es una técnica ni un estado especial.
Es algo que ya está en nosotros, aunque a veces quede tapado por el ruido de las partes que buscan protegernos.
2. Lo que muchas veces confundimos con Self (y no lo es)
Es común que aparezcan confusiones:
- “Estoy tranquilo… ¿eso es Self?”
- “Estoy pensando claramente… ¿eso es Self?”
- “No siento nada… ¿será Self?”
En realidad, no todo lo calmo es Self.
A veces la calma proviene de partes que intentan mantener el control o apagar la emoción.
El Self no es control.
El Self es apertura.
Una forma sencilla de reconocerlo es notar si algo en vos se está esforzando por estar bien.
Si hay esfuerzo, probablemente es una parte.
3. ¿Cómo sé que estoy conectado con el Self?
Hay señales muy concretas.
No son metafísicas, no requieren experiencia espiritual; son percepciones internas claras.
Tres preguntas pueden orientarte:
• ¿Cómo se siente esta parte cuando me conecto con ella?
Si la parte siente que la escuchás sin tensión, sin prisa, sin juicio, hay Self presente.
• ¿Qué le gustaría a esta parte decirme?
Cuando surge curiosidad genuina, ya estás en Self.
• ¿Qué puedo ofrecerle a esta parte en este momento?
Si aparece disponibilidad sin obligación, también es Self.
Estas tres preguntas no buscan generar diálogo interno complejo.
Solo abren espacio para notar desde otro lugar.
4. ¿Por qué el Self es tan importante?
Porque nada profundo se mueve si estamos tomados por una parte.
Una intervención técnica puede ser impecable, pero si quien la realiza está mezclado con su miedo, urgencia o necesidad de hacerlo bien, el sistema interno del otro lo siente.
El Self ofrece algo distinto:
- más presencia,
- más respeto,
- más paciencia,
- más espacio para que lo que duele se exprese sin sentirse amenazado.
Este cambio —aparentemente pequeño— transforma procesos terapéuticos, conversaciones difíciles y momentos personales de crisis.
5. Cómo empezar a practicar el Self en lo cotidiano
Aquí una práctica breve para incorporar:
Paso 1. Notá qué parte está tomando espacio.
No hace falta identificarla completamente. Solo reconocer su presencia.
Paso 2. Ofrecé un poquito de distancia interna.
Por ejemplo: “Sí, te veo. Estoy acá.”
Paso 3. Observá si aparece algo de calma natural.
No forzada. No buscada.
Paso 4. Desde ese lugar, preguntate:
- ¿Cómo se siente esta parte cuando me conecto?
- ¿Qué quiere decirme?
- ¿Qué puedo ofrecerle ahora?
Es una práctica suave que abre un camino nuevo.
6. ¿Querés profundizar más?
Si lo que leíste te resultó útil, preparé un material más amplio:
una guía completa sobre el Self basada en el modelo IFS, pensada para terapeutas, coaches y cualquier persona interesada en comprender su mundo interno con mayor claridad.
Incluye:
- las bases del Self,
- ejemplos prácticos,
- señales finas para reconocer presencia,
- errores comunes,
- y una estructura clara para trabajarlo con vos mismo o en acompañamiento.
👉 Podés obtener la guía completa aquí: El Self – Manual para Nuevos Terapeutas (USD 12).
Un material accesible, profundo y bien estructurado que complementa todo lo que vimos en este artículo.