Frank Anderson ha llevado la Terapia de Sistemas Familiares Internos (IFS) más allá de sus fronteras habituales. En su reciente seminario, profundizó en una visión audaz, integrando conceptos espirituales como el alma, la ayuda trascendente y las cargas heredadas, abriendo nuevas perspectivas para la sanación profunda del trauma.
Energía Propia: El Núcleo Sanador del Ser
Para Frank, la energía propia es más que una cualidad del Self; es nuestro núcleo, nuestra alma o sabiduría interna. Describe esta energía como inherentemente curativa, conectada directamente con una fuente universal, que algunos llaman Dios o Buda, y otros simplemente energía universal.
Este estado energético reside en el cuerpo y la mente, involucrando redes neuronales profundamente integradas y una conexión armónica con la naturaleza. Frank accede a esta energía mediante prácticas personales como correr en la naturaleza escuchando música, adoptar posturas receptivas (manos extendidas) o sentir una “calma poderosa” en su centro, sólida e inquebrantable.
La energía propia, según Anderson, es contagiosa. La capacidad del terapeuta para acceder a ella facilita su aparición en los clientes, aunque habitualmente surge de forma sutil y tranquila, no como algo espectacular.
Durante una de sus experiencias espirituales profundas, Frank recibió claramente el mensaje:
“El trauma bloquea el amor y el amor sana el trauma”.
Este mensaje, proveniente según él de una fuente divina o trascendente, se ha convertido en una guía para su trabajo terapéutico.
Una Terapia que Honra el Alma
Una evolución fundamental en la visión de Frank es su distinción entre el “Self” (el Yo interno del modelo IFS) y el “alma”. El alma sería una entidad independiente, portadora de sabiduría profunda y conectada directamente con la fuente divina.
En esta perspectiva, el alma llega a la vida humana con un contrato evolutivo. Todas nuestras experiencias, incluso las más traumáticas, son parte de este proceso de aprendizaje. Para Frank, el trauma no solo ocurre en nuestras partes internas; también puede herir algo más profundo, el “Self humano”, especialmente en traumas relacionados con la identidad (raza, género, orientación sexual, neurodivergencia).
Frank destaca que su propio trauma personal fue también una oportunidad para que su alma evolucionara, capacitando su sabiduría interna para ayudar a otros en su camino de sanación.
Más Allá del Self: La Ayuda Espiritual en la Sanación
En su trabajo terapéutico, Frank Anderson no duda en integrar recursos espirituales cuando esto es significativo para el cliente. Afirma que las personas pueden beneficiarse enormemente de una ayuda que va más allá de ellas mismas y del Self, incluyendo:
- Amigos y seres queridos fallecidos.
- Ancestros y linajes familiares.
- Animales espirituales o guías personales.
- Ángeles, maestros ascendidos (Jesús, Buda).
- Energía divina universal.
Según Frank, estos mensajes espirituales poseen una cualidad única; no se sienten como imaginación, sino como verdades profundamente reconocidas por el alma.
Las Herencias Invisibles: Cargas que Bloquean el Acceso al Self
Frank distingue claramente dos tipos fundamentales de cargas espirituales que influyen en el trauma: cargas heredadas y cargas no atadas.
Cargas Heredadas
Estas cargas provienen de nuestros linajes familiares, culturales y sociales. Son energías o creencias transmitidas que pueden bloquear profundamente la capacidad de sanar. Es esencial identificar qué porcentaje de estas cargas realmente nos pertenece y qué parte podemos soltar. Incluir la presencia simbólica o espiritual de ancestros puede ser útil en este proceso.
Frank menciona su propia experiencia de haber llevado cargas familiares relacionadas con el miedo por vínculos con la mafia y cuestiones de género y orientación sexual heredadas culturalmente. Liberar estas cargas exige abordar conflictos internos de lealtad familiar o cultural.
Cargas No Atadas
Estas cargas son más oscuras y amenazantes, a menudo carentes de una narrativa clara. Según Frank, estas energías “odian la luz, el amor y la energía del Self”. Sin embargo, defiende que toda energía puede ser transformada hacia un propósito mayor, mediante una presencia amorosa y en ocasiones invocando ayuda espiritual externa.
Vidas Pasadas y Otras Dimensiones
Frank está abierto a trabajar con experiencias relacionadas con vidas pasadas, siempre que tengan relevancia para la experiencia presente del cliente. Considera estas vivencias como piezas adicionales del rompecabezas interno, útiles en la comprensión profunda y sanadora del trauma.
Reflexión Final
La propuesta de Frank Anderson expande el modelo IFS hacia una dimensión que honra no solo la psicología, sino también la espiritualidad inherente en la experiencia humana. Su enfoque nos recuerda que el trauma puede ser visto no solo como una herida, sino como una profunda oportunidad de evolución del alma.
Al integrar lo espiritual con lo terapéutico, Frank nos ofrece una puerta abierta hacia un abordaje integral y humanizante del trauma, reconociendo la sabiduría más profunda que habita en cada ser humano.