Una guía para cultivar presencia y conciencia en la relación con nuestras partes
En IFS no se trata de eliminar partes ni alcanzar un estado perfecto de calma.
Se trata de aprender a estar con lo que somos, con más espacio, más compasión, y más conciencia.
Y uno de los caminos más directos para eso es cómo hablamos.
¿Qué significa “hablar desde el Self”?
En la práctica terapéutica y en la vida cotidiana, no siempre somos conscientes de desde dónde hablamos. A veces reaccionamos, a veces nos defendemos, a veces estamos presentes.
En el modelo IFS, hablamos de Self para referirnos a ese estado interno de conciencia que no juzga, no se apresura, no se fusiona con el miedo ni con el enojo. Un estado que puede acompañar, escuchar, comprender.
Pero este estado no es binario: no es que “hay Self” o “no hay Self”, como si fuera un interruptor.
Más bien es una presencia que puede estar más o menos disponible, más o menos clara, más o menos cargada de energía.
Hablar desde el Self es entonces una práctica de consciencia relacional interna. Es reconocer desde dónde hablamos, y —cuando es posible— dejar que algo más amplio que nuestras partes pueda también expresarse.
Tres formas de hablar (y de estar)
A continuación te comparto una clasificación útil, no como escalera rígida, sino como formas posibles de relación con lo que sentimos. Nos movemos entre ellas, a veces en segundos.
🔴 1. Hablar desde una parte (fusión)
Cuando estamos completamente mezclados con una parte, no hay espacio para observarla o nombrarla.
Es ella la que habla, siente y actúa. En ese momento no hay Self disponible.
“Esto es una porquería.”
“No sirvo para esto.”
“No quiero saber nada más.”
No hay puente con lo interno. Solo reacción.
🟠 2. Hablar por una parte (desmezcla)
Aquí empieza a haber Self.
Podemos identificar que hay algo en nosotros que está reaccionando, y hablar de eso sin ser tragados por la emoción.
“Una parte de mí se siente frustrada.”
“Hay algo en mí que está cansado de esto.”
“Siento que una parte se está cerrando.”
Este movimiento —simple, pero poderoso— abre la puerta al diálogo interno.
🟢 3. Hablar desde una presencia suficientemente integrada
No significa estar “fuera” de las partes, sino con ellas, con la suficiente energía del Self como para sostenerlas y responder de manera más consciente.
“Estoy con esta parte que se siente sola, y noto su necesidad de protección.”
“Estoy escuchando a las distintas partes que están presentes y trato de no apurarlas.”
“Siento el dolor de esta parte, y también una ternura que quiere cuidarla.”
Este tipo de presencia puede ser suave, intensa o muy sutil.
Lo importante es que no estamos solos adentro. Estamos acompañando desde un centro más profundo.
📌 ¿Necesitamos estar siempre en Self?
No.
No hace falta tener una presencia plena del Self en todo momento.
De hecho, sería artificial forzarlo. Vivir implica ir y venir entre mezcla y claridad.
En muchas situaciones, basta con un poco de espacio interno para notar lo que está ocurriendo.
Pero hay momentos donde sí importa —y mucho— que haya una presencia abundante del Self.
💠 Cuando la herida aparece: la energía del Self importa
Cuando trabajamos con partes exiliadas —es decir, aquellas más heridas, solas o vulnerables—, la calidad y la intensidad del Self hacen una diferencia vital.
No basta con nombrar la parte.
Hace falta una presencia suficientemente firme, cálida y clara como para que esa parte sienta que no está sola.
Sin esa energía del Self, el riesgo es que el sistema interno se desestabilice: aparecen partes protectoras, se corta la conexión o se revive el trauma.
Con suficiente Self, en cambio, la parte puede empezar a mostrarse con más confianza, y poco a poco, abrirse a la posibilidad de sanación.
🧭 Guía práctica para entrenar el arte de hablar desde el Self
- Detectá desde dónde estás hablando
¿Hay juicio? ¿Estás reaccionando? ¿Hay una parte que tomó el mando? - Nombrá lo que pasa como una parte
“Una parte de mí siente que…”
“Estoy notando algo en mí que…”
- Observá si hay espacio interno
¿Podés mantenerte con eso, sin rechazarlo ni fusionarte? - Permití que el Self tome la palabra (si está disponible)
“Estoy acá con vos.”
“Escucho tu dolor, y quiero entender.”
No siempre será posible. Y no pasa nada si no lo es.
Incluso el intento de reconocer esto ya es una señal de crecimiento interno.
En resumen
Hablar desde el Self no es un logro técnico, sino un arte vivo que se cultiva con práctica y honestidad interna.
Cada vez que cambiamos una frase reactiva por una expresión más consciente, estamos afirmando algo esencial:
Que somos más que nuestras partes.
Que podemos acompañarlas con respeto.
Y que en esa forma de hablar ya empieza a aparecer la sanación.