Aunque no hayas escuchado nunca hablar de “partes internas”, seguro sí has dicho alguna de estas frases:
- “Estoy partido al medio.”
- “Una parte de mí quiere, pero otra no.”
- “Me auto saboteo.”
- “Me sale el matón cuando manejo.”
- “Mi cabeza no me deja en paz.”
- “Me pongo en modo víctima.”
- “Tengo una lucha interna.”
¿Te suenan? Son expresiones que usamos todos los días sin darnos cuenta de lo que realmente estamos diciendo: hay distintas voces, emociones y motivaciones dentro nuestro. Y a veces no se llevan del todo bien.
El modelo IFS (Internal Family Systems) parte justamente de esa observación: no somos una sola cosa, somos un sistema interno compuesto por muchas partes. Algunas nos cuidan, otras nos critican, otras se enamoran, otras se enojan. Todas tienen su historia, su forma de ver el mundo y su manera de ayudarnos… aunque a veces no sea la mejor.
Por eso, cuando decimos “una parte de mí no quiere soltar”, lo que estamos haciendo, sin saberlo, es nombrar algo muy profundo: hay algo dentro nuestro que se aferra, que tiene miedo, que protege. Y probablemente haya otra parte que sí quiere soltar, que desea cambiar, que sueña con algo distinto.
La clave del IFS es aprender a conocer a esas partes, escucharlas, entender qué necesitan y ayudarlas desde un lugar más amplio y compasivo: el Self, o nuestro centro interno, desde donde podemos mediar, acompañar y sanar.
No se trata de “sacarnos de encima” al crítico o al saboteador, sino de conocerlos, entender por qué están ahí, y ayudarlos a transformarse. Y eso empieza con algo tan simple como escuchar cómo hablamos de nosotros mismos.
Aquí tenés una lista más completa de frases cotidianas, para ayudarte a reconocer mejor esas partes internas en la vida diaria:
Lista completa de frases cotidianas que revelan partes internas
Sobre conflictos internos:
- “Estoy partido al medio.”
- “Una parte mía quiere, la otra no.”
- “Estoy dividido.”
- “No sé qué parte hacerle caso.”
Sobre la autocrítica:
- “Mi cabeza me tiene loco.”
- “Tengo un juez interno que me mata.”
- “Me critico todo el tiempo.”
- “Soy mi peor enemigo.”
- “Mi crítico interno está insoportable.”
Sobre conductas impulsivas:
- “Me sale el matón cuando manejo.”
- “Me transformo cuando me enojo.”
- “Se me sale la cadena.”
- “Aparece mi lado oscuro.”
Sobre el miedo y la ansiedad:
- “Me paraliza el miedo.”
- “Tengo un nudo en el estómago.”
- “Me domina la ansiedad.”
- “Me agarra un ataque de pánico.”
Sobre la culpa y la vergüenza:
- “Tengo una mochila llena de culpas.”
- “Me da vergüenza lo que dije.”
- “Me torturo por cosas que ya pasaron.”
Sobre la impulsividad y el autosabotaje:
- “Me autosaboteo.”
- “Me boicoteo solo.”
- “Me traiciono.”
- “Siempre me pasa lo mismo.”
Sobre la dificultad de tomar decisiones:
- “Por un lado quiero ir, pero por otro no quiero.”
- “Dudo todo el tiempo.”
- “Nunca estoy seguro de nada.”
Sobre partes protectoras:
- “Mi tacaño ratón no me deja gastar.”
- “Me pongo a la defensiva enseguida.”
- “Me sale el controlador.”
- “Me pongo en modo automático.”
Sobre relaciones afectivas:
- “Tengo una parte mía enamorada.”
- “Me vuelvo dependiente en mis relaciones.”
- “A veces me pongo frío y distante sin saber por qué.”
Otras frases comunes:
- “No puedo conmigo mismo.”
- “Mi cabeza no para.”
- “Tengo voces internas que discuten.”
- “Tengo algo adentro que no me deja en paz.”
- “Me siento dividido en mil pedazos.”
Al reconocer estas frases cotidianas, estás dando un primer paso importantísimo para descubrir y sanar tu mundo interno. La próxima vez que uses alguna de estas frases, podés detenerte un momento y preguntarte:
¿Qué parte mía es esta? ¿Qué necesita realmente? ¿Desde cuándo me acompaña?
Ese puede ser el comienzo de una conversación interna profunda y reveladora, capaz de transformar tu vida cotidiana.