Susan McConnell y el IFS Somático: Integrando el Cuerpo en la Terapia de Partes

El modelo Internal Family Systems (IFS) ha revolucionado la terapia al ayudarnos a comprender cómo nuestras partes internas interactúan y cómo podemos sanar desde nuestro Self. Sin embargo, muchos terapeutas han notado que, aunque trabajar con las partes es efectivo, hay una dimensión clave que a veces se deja de lado: el cuerpo. Aquí es donde entra Somatic IFS, el enfoque desarrollado por Susan McConnell.

Este artículo te dará una introducción clara y práctica sobre Somatic IFS, sus fundamentos y cómo puedes empezar a integrarlo en tu trabajo terapéutico.


¿Quién es Susan McConnell y qué es Somatic IFS?

Susan McConnell es una terapeuta con más de 40 años de experiencia en sanación y enseñanza. Se formó en IFS con Richard Schwartz, pero también en diversas técnicas de terapia somática, como la terapia craneosacral y el Rosen Method Bodywork. A partir de esta integración, desarrolló Somatic Internal Family Systems Therapy (o simplemente Somatic IFS), un enfoque que combina el trabajo con las partes del IFS con la sabiduría del cuerpo.

Somatic IFS nos invita a no quedarnos solo en la mente cuando trabajamos con las partes, sino a prestar atención a las sensaciones corporales, la respiración, el movimiento y la resonancia emocional. Es una manera de hacer el trabajo interno más profundo y encarnado.


Los 5 Pilares de Somatic IFS

Susan McConnell propone cinco prácticas clave para integrar el cuerpo en el proceso terapéutico:

1. Conciencia Somática

Es la capacidad de percibir lo que está ocurriendo en el cuerpo en el momento presente. Cuando una parte se activa, ¿qué sensaciones surgen? ¿Dónde se sienten? El cuerpo nos da pistas directas sobre lo que una parte está experimentando.

🔹 Ejemplo práctico: Cuando un cliente habla de una parte que siente culpa, en lugar de solo explorar la historia detrás de esa culpa, podemos invitarlo a notar cómo se siente en su cuerpo. ¿Hay tensión en el pecho? ¿Un nudo en el estómago? Esto abre un canal más directo de conexión con la parte.


2. Respiración Consciente

La respiración influye en nuestro sistema nervioso y en cómo nuestras partes interactúan entre sí. Aprender a notar y ajustar la respiración puede ayudar a que el Self tenga más presencia en la sesión.

🔹 Ejemplo práctico: Si un cliente está atrapado en una parte ansiosa, podemos invitarlo a hacer una exhalación más larga para activar su sistema nervioso parasimpático y traer más calma.


3. Resonancia Radical

Es la capacidad de conectar emocionalmente con otro a través del cuerpo. Como terapeutas, nuestra presencia influye en cómo el cliente se siente. La clave está en ser un espejo seguro y abierto, permitiendo que las partes del cliente se sientan vistas y comprendidas no solo a nivel verbal, sino también a través de nuestra postura, tono de voz y energía.

🔹 Ejemplo práctico: Si un cliente está en contacto con una parte muy vulnerable, en lugar de apresurarnos a intervenir, podemos acompañar con nuestra respiración y energía, mostrándole que estamos ahí con él.


4. Movimiento Consciente

El cuerpo tiene su propia manera de expresar lo que las palabras no pueden decir. A veces, permitir que una parte se mueva libremente ayuda a desbloquear lo que estaba atrapado.

🔹 Ejemplo práctico: Si un cliente siente mucha rabia, en lugar de solo hablar de ella, podemos invitarlo a hacer un movimiento con los brazos, apretar las manos o pisar el suelo con fuerza para permitir que la energía se exprese.


5. Tacto Sintonizado

En algunos contextos terapéuticos, el tacto puede ser una herramienta poderosa cuando se usa de manera segura y consensuada. En Somatic IFS, el tacto se utiliza simbólicamente: colocar una mano en el pecho o el abdomen puede ayudar a conectar con una parte que necesita apoyo.

🔹 Ejemplo práctico: Si una parte del cliente se siente asustada o sola, podemos invitarlo a colocar una mano en su corazón y respirar allí, como un gesto de autocompasión.


¿Cómo Integrar Somatic IFS en Tu Práctica?

Si eres terapeuta y trabajas con IFS, puedes empezar a incorporar estos principios poco a poco:

  1. Pregunta siempre por las sensaciones corporales. Cuando una parte se expresa, invita a notar qué ocurre en el cuerpo.
  2. Usa la respiración como herramienta. Pequeños ajustes en la respiración pueden ayudar a una parte a calmarse o sentirse más presente.
  3. Observa tu propia resonancia. ¿Cómo responde tu cuerpo a la historia del cliente? ¿Qué reflejas con tu postura y energía?
  4. Permite el movimiento. Si una parte está estancada, tal vez un pequeño movimiento la ayude a soltarse.
  5. Fomenta el contacto con el cuerpo. Gestos simples, como tocarse el corazón o el vientre, pueden ser herramientas de autoregulación.

El enfoque de Susan McConnell nos recuerda que no somos solo mentes con historias, sino cuerpos con memoria y emociones. Integrar el cuerpo en la terapia IFS no solo hace que el proceso sea más completo, sino que también permite acceder a niveles de sanación más profundos.

Si quieres profundizar más en Somatic IFS, puedes explorar su libro “Somatic Internal Family Systems Therapy” o buscar talleres donde se enseñe esta integración. Recuerda: la terapia es más efectiva cuando incluye no solo lo que pensamos y sentimos, sino también lo que experimentamos en nuestro cuerpo.

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