Muchas personas sienten dudas antes de iniciar un proceso terapéutico, lo cual es completamente normal. A lo largo de los años, he observado que existen ciertas razones recurrentes por las que las personas evitan ir a terapia, a pesar de saber que podría ser beneficiosa para su bienestar. En este artículo, te presento las 7 razones más comunes por las que las personas suelen evitar la terapia, y cómo podemos abordarlas desde el enfoque de la Terapia de Sistemas Internos (IFS).
1. Temor a no obtener resultados concretos
Es completamente comprensible que dudes si la terapia será efectiva o si verás resultados claros. El modelo IFS (Terapia de Sistemas Internos) está registrado como un enfoque terapéutico basado en evidencia, con más de 40 años de investigación y resultados positivos en diversas áreas de la salud mental. Los libros que forman la base de la teoría han sido actualizados recientemente sin cambios significativos, lo que confirma la solidez y efectividad del modelo.
IFS está diseñado para generar cambios profundos y duraderos. A través de este proceso, aprendes a identificar y comprender tus partes internas y los roles que cumplen en tu vida. Esto te permite abordar las raíces de tus problemas de manera precisa, brindando una mayor claridad y sanación.
2. Falta de tiempo o energía para comprometerse con la terapia
Sabemos que la vida puede ser muy demandante, y el compromiso con la terapia puede parecer un reto. En IFS, el proceso se adapta a ti, a tu ritmo y a tu disponibilidad emocional. No necesitas avanzar rápidamente ni comprometerte de manera intensa desde el principio. El progreso es gradual y respetuoso, y trabajamos en lo que te sientas listo para abordar en cada momento.
3. Miedo a revivir experiencias dolorosas
Uno de los mayores temores al iniciar terapia es la posibilidad de tener que revivir momentos difíciles o traumáticos de manera dolorosa. En IFS, no se trata de revivir el trauma de forma directa. Cuando estamos en estado de Self, esa parte de nosotros que es sabia, compasiva y equilibrada, somos capaces de sostener aquellas situaciones que fueron difíciles, sin sentirnos desbordados.
El proceso se centra en crear un espacio seguro para que te relaciones de manera más amorosa y comprensiva con las partes de ti que han experimentado dolor, siempre a tu propio ritmo y sin forzar ninguna experiencia.
4. Desconfianza en que el terapeuta pueda entenderte o ayudarte
Es normal preocuparse por si el terapeuta será capaz de comprender tu situación o si tendrá las herramientas adecuadas para ayudarte. En IFS, la relación terapéutica no es vertical, sino horizontal: el proceso se establece entre los dos, y tú también participas activamente en guiar el proceso.
Si en algún momento el terapeuta considera que no puede ayudarte de la manera adecuada, te lo dirá con claridad y ética. Es parte de nuestro compromiso ofrecerte siempre lo mejor para tu bienestar, y si es necesario, sugerir otras alternativas.
5. Miedo a abrirse emocionalmente
La idea de compartir aspectos íntimos y vulnerables de tu vida puede generar resistencia o incomodidad. En la Terapia de Sistemas Internos (IFS), no es necesario que compartas lo que no quieras. El trabajo no depende de que el terapeuta conozca los detalles específicos de tus experiencias o emociones; lo importante es que tú sepas lo que estás trabajando con tus partes internas.
El rol del terapeuta en IFS es guiar el proceso, ayudándote a conectar con tus partes y a trabajar con ellas de manera efectiva, sin la necesidad de revelar detalles privados. El proceso sigue siendo igual de poderoso porque lo que importa es la relación que estableces contigo mismo, no lo que compartes con el terapeuta.
6. Preocupación por el costo de la terapia
En las sesiones de IFS, los avances suelen ser profundos y duraderos. Al trabajar directamente con las partes internas y sus cargas, el proceso facilita cambios permanentes en la manera en que te relacionas contigo mismo y con el mundo. Si al finalizar una sesión sientes que no ha sido útil o que no ha cumplido con tus expectativas, no tendrás que pagarla. Este compromiso garantiza que tu inversión esté siempre enfocada en tu bienestar real.
7. No sentirse listo para el cambio
El cambio puede ser algo intimidante, y no siempre estamos listos para dar los pasos necesarios. En IFS, no forzamos ningún cambio. Trabajamos con lo que estés listo para explorar y a tu propio ritmo. El proceso respeta tus tiempos y necesidades, y el cambio es una consecuencia natural de tu propio descubrimiento y sanación, sin ninguna presión externa.
Si alguna de estas razones te ha detenido de iniciar un proceso terapéutico, es importante que sepas que son miedos comunes. Sin embargo, no tienen por qué impedirte dar el paso hacia la sanación y el bienestar que ofrece la Terapia de Sistemas Internos (IFS).