Un cuento basado en IFS para ayudar a los niños a superar el miedo.
Había una vez una valiente princesa llamada Milena que vivía en un hermoso castillo junto a un bosque encantado. Milena no era una princesa común, ella tenía un don muy especial: podía hablar con los animales del bosque.

Un día, mientras paseaba por el bosque, escuchó unos suaves sollozos que venían de entre los árboles. Siguió el sonido hasta que encontró a un pequeño osito bebé. Estaba solo, temblando de miedo.
Al ver al osito tan asustado, Milena sintió un nudo en el estómago. Se le partía el corazón ver a alguien tan pequeño y vulnerable sintiendo tanto miedo. Pero también sintió una chispa de determinación. Sabía que tenía que ayudar al osito.
Se acercó lentamente, con cuidado de no asustarlo más. Se sentó a una distancia segura y le habló con una voz suave y tranquilizadora. “Hola, pequeño osito. Soy la princesa Milena. No tienes que tener miedo de mí”.
Al principio, el osito se mostró desconfiado. Pero al ver el brillo amable en los ojos de la princesa, poco a poco comenzó a relajarse. Milena le dio tiempo, esperó pacientemente hasta que el osito se sintió lo suficientemente seguro como para hablar.
“¿Por qué estás tan asustado, pequeño osito?” preguntó Milena con dulzura.
El osito levantó la vista y respondió con voz temblorosa, “Hay una sombra grande y aterradora en la cueva donde vivo. Tengo miedo de que sea un monstruo”.

Milena sonrió y le aseguró al osito que juntos podrían enfrentar ese miedo. Le explicó que el miedo es como un amigo que nos protege, pero a veces puede equivocarse y asustarse de cosas que no son realmente peligrosas.
Juntos, Milena y el osito se aventuraron en la cueva. Descubrieron que la “sombra aterradora” no era más que una roca grande que proyectaba una sombra con la luz del sol. El osito se sintió aliviado y agradecido. Desde aquel día, cada vez que sentía miedo, buscaba a su amiga la princesa Milena, quien siempre estaba dispuesta a ayudarlo a entender y a cuidar de su miedo.
Después de su aventura, Milena le dijo al osito: “Pequeño osito, todos llevamos dentro el valor para enfrentar nuestros miedos. Incluso cuando sientas que estás solo, recuerda que tienes el coraje dentro de ti”.
Luego, Milena sacó un pequeño amuleto de su bolsillo. Era una piedra brillante que parecía contener todas las estrellas del cielo nocturno. “Te regalo este amuleto, pequeño osito”, dijo Milena. “Cada vez que sientas miedo y yo no esté contigo, puedes tocar esta piedra y recordar la confianza y el coraje que todos llevamos dentro”.
El osito tomó el amuleto con sus pequeñas patas y lo miró con asombro. Desde aquel día, cada vez que sentía miedo, tocaba el amuleto y recordaba las palabras de Milena. Y aunque a veces todavía sentía miedo, siempre recordaba que llevaba el coraje dentro de él, listo para ayudarlo a enfrentar cualquier cosa.