Además del Ser, las partes internas o subsistemas son las protagonistas de nuestra vida cotidiana. Vamos a describirlas un poquito más desde la perspectiva de sus actividades o de aquellos roles que han asumido. Estos roles se fueron asumidos por lo general en nuestra tierna infancia cuando nuestro Yo todavía no estaba enteramente disponible y pleno de recursos para enfrentar las difíciles circunstancias que iban surgiendo. Ellas resolvieron como pudieron en su momento y todavía hoy siguen ocupándose de resolver las distintas situaciones que se nos van presentando en la vida diaria.
Gerentes

Conjunto de partes, sistemas o subpersonalidades que se ocupan de cumplir con el sostén de nuestra vida. Ayudan a establecer y cumplir nuestros compromisos, a resolver las problemáticas cotidianas, a mejorar día a día, a trabajar intensamente, ser productivos y ser aceptables.
Estas partes son muy responsables, son proactivas hacen previsión de situaciones y las resuelven de la mejor manera posible. Sin embargo, pueden ser muy intensas e irse a un extremo y pueden convertirse en perfeccionistas, alcanzar una fuerte intelectualización, incluso por ejemplo una obsesión por la apariencia, la evitación de conflictos, incluso aunque tenga un gran costo personal al tratar complacer o controlar a los demás.
Las partes gerentes también son de alguna forma protectoras y se ocupan de mantenernos libres de sentimientos y creencias negativas de heridas con el objetivo de evitar más daños y mantenernos seguros.
Heridas Emocionales

En edades tempranas, cuando somos pequeños y aún no tenemos nuestro Yo robusto y tampoco tenemos acceso a la comprensión de las circunstancias ni acceso a todos nuestros recursos. En estas tempranas edades muchas circunstancias de la vida son demasiado exigentes. Estas exigencias activaron nuestro sistema nervioso de tal forma que lo sobrecargó y le genera una impacto y una impresión “marcada a fuego”.
Cuando la experiencia supera nuestra capacidad nuestras partes más vulnerables se sienten desprotegidas y aisladas. Estas impresiones pueden generar creencias muy difíciles de sobrellevar. Como “No merezco amor”, “No valgo nada”, “Tengo defectos”. Lise Bourbeau en el año 2000 publicó el libro «Las cinco heridas que impiden ser uno mismo» y las resumió de esta manera: miedo al abandono, miedo al rechazo, miedo a confiar, heridas de humillación o de injusticia.
Partes vulnerables y heridas terminan solas, olvidadas y a menudo atrapadas en el pasado. Anhelan ayuda, pero las partes protectoras como los Gerentes las mantienen dentro de lo posible fuera de la conciencia. Para que sus recuerdos, su dolor emocional y pensamientos negativos no perturben el normal funcionamiento del sistema. Por este motivo generalmente se las conoce como partes Exiliadas.
En la práctica no siempre lo logran y es normal que desde el “exilio” influyan de alguna manera en nuestra vida cotidiana. Aquí llegamos a la raíz de porque nuestro sistema no está en armonía. Hay una lucha entre partes heridas que desean expresarse y partes protectoras que tratan de mantenerlas o exiliadas o tratan de aliviarlas de alguna manera.
Sin embargo cuando desde el Yo enfoca su atención y presencia hacia las partes heridas, estas partes son liberadas de su dolor y volverán a su estado natural. Recuperan su bienestar y espontaneidad.
Bomberos

Se denominan Bomberos a aquellas partes protectoras que con el fin de acallar el dolor interno de las partes heridas apelan a soluciones extremas sin importarle las consecuencias. Pueden ser de muy variadas maneras que van desde abusos alimentarios, adicciones de cualquier tipo, trabajo o deporte en exceso, etc. Estos protectores ven sus acciones como si fueran una medicación que puede ayudar aunque y puedan tener terribles efectos secundarios y ser incluso gravemente destructivos.
El conflicto interno o la falta de armonía
Muchas veces la “desarmonía” viene de una parte que trata de cumplir con una tarea; como la de un bombero que busca acallar un profundo dolor, y otra parte crítica que nos tortura con su voz porque nos quiere sacar de ese comportamiento destructivo. Una vergüenza puede tratar de inhibir que hagamos algo no aceptable y otra parte se enoja o se frustra porque quiere obtengamos logros.
Todas las partes luchan por darnos lo mejor de sí mismas incluso los Bomberos destructivos. La armonía profunda deviene de comprender las motivaciones y encontrar nuevas maneras de atender las necesidades y las motivación y que no generen otros problemas.
Con las partes heridas lo mejor es sanarlas profundamente y los Bomberos y otros protectores ya no tendrán necesidad de “apagar incendios” y podrán liberarse para aportar de otra forma más adecuada. En una palabra quedan liberadas de su labor.
La sanación de heridas y liberación de protectores luego de más de 30 años de búsqueda y aprendizajes tiene un protocolo de trabajo muy concreto y específico. Trataremos de explicarlo en mayor detalle en la próxima unidad.
Todas las partes son bienvenidas
Todas las partes tienen siempre una buena intención para nosotros mismos
Comprender cual es la buena intención es importante para reducir el conflicto interno.
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